Consejos para su correcta conservación de las carnes en el congelador

Incluso en el congelador, que es el lugar de la heladera que permite conservar los alimentos por más tiempo, estos caducan. La vigencia en el caso de la carne depende del tiempo que la dejes ahí, de su naturaleza y la forma en la que la guardes.

Con este producto debes ser especialmente cuidadoso porque pueden aparecer bacterias que afecten tu salud, incluso sin que su apariencia o sabor cambien. Por eso es tan importante asegurarse de que la cadena de frío no se rompa en ningún momento.

Para guardar la carne en el congelador tené en cuenta:

– Cuánto tiempo dura en el congelador.

– Al guardar la carne fileteada, separa los filetes con papel aluminio así al momento de consumirla solo tendrás que sacar y descongelar las porciones que necesites.

– Sepáralas por tipos para evitar la contaminación cruzada (el paso de microorganismos de un tipo de carne a otro).

– Lava tus manos antes de manipularla.

– Evita guardarla con excesos de agua.

– Pone en el empaque la fecha en la que se congeló, así podrás saber cuánto tiempo lleva almacenada.

Cocinada: hay que guardarla cuando esté fría, en recipientes que cierren muy bien. Hasta tres meses en perfectas condiciones.

Molida: no debe exceder los 3 ó 4 meses en el congelador.

De cerdo: la panceta, las salchichas o el jamón no deben mantenerse en el congelador más de uno o dos meses.

De ave: si se guardan enteras, pueden durar hasta doce meses, pero si necesitás conservarla troceada, el tiempo máximo recomendado es de seis meses.

De pescado: el magro o blanco crudo, de seis a ocho meses, el graso o azul crudo, de dos a tres y meses, los camarones o calamares crudos, de tres a seis meses.

Carnes grasas: los embutidos aguantan muy poco tiempo de congelación, hasta los tres meses.

Rojas: se pueden tener en el congelador entre cuatro y doce meses, pero dependiendo del tipo que sea. Los bistecs crudos se pueden guardar en de seis a doce meses, las chuletas duran entre cuatro a seis meses y el lomo puede durar entre cuatro meses a un año.

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