El café es una la bebida de la cual se disfrutan 2.600 millones de tazas diarias a nivel global.
Si vos sos uno de los amantes de esta infusión, estos son algunos datos curiosos que pueden interesarte.
Los cuatro tipos de café
El arábica, dulce, frutal y un poco ácido, lo encuentras en América Latina. Es el más común (65% del café global), aunque de forma contradictoria tarda siete años para ser cultivado. El robusta (35%) viene de África e Indonesia y es conocido por su cantidad de cafeína para el expreso: dicen que tiene el mejor sabor. Los otros dos son el libéria y excelsa, del sureste de Asia (ambos son los más caros).
“Todo se hace con leche y expreso”
Respecto a la ciencia enigmática de preparación, se basa en las porciones básicas como 1/3 café, 1/3 leche, 1/3 espuma (capuccino) o 56-113 gramos de expreso y lo demás leche (latte).
Cinturón del café
Es el cinturón geográfico donde se dan las condiciones ideales para cosecharlo entre trópicos de Capricornio y Cáncer (acá salen más de 9 mil millones de kg al año).
Hay dos procesos básicos para obtener granos
El proceso natural consiste en dejar las cherries al sol entre 10 y 20 días para que se fermenten. Involucra menos gasto y el grano adquiere dulzura y un sabor menos intenso. Por otro lado, el proceso de lavado consiste en quitarle la piel y dejar secar la semilla por 40 días aproximadamente. En este caso, el sabor depende de que el grano haya absorbido los nutrientes necesarios: está en manos de factores como el clima y el suelo. Acá resalta el perfil de origen, por ello muchos cafés de especialidad aplican este proceso.
El café puede desprender más de 900 aromas
Entre más tiempo de tueste, más notas de sabor. Además, el origen determina los perfiles aromáticos: si se da en una altitud baja, con más oxígeno, tiene un sabor más tradicional (y se puede producir más). Con mayor altitud, la planta -a falta de suficiente O2- produce ácido láctico para crecer, lo cual aporta cremosidad, esencia frutal y balance entre amargura y ligereza.
Hay formas de maridar el café
Puede ser un maridaje con notas parecidas (maridar un café dulce con un alimento dulce), pero también existen por contraste. Un café con una nota un poquito más amarga, puede combinarse a la perfección con algo salado como un jamón serrano. Este tipo de contrastes le puede sacar aún más jugo al café.
El café ácido no es malo
En algunos países como México, es común que tiendan a perfiles más tostados. Pero la acidez puede revelar notas más finas en un café que tiene mucho más potencial aromático que uno muy tostado. Cuando hablamos de una nota frutal cítrica no quiere decir que el café sabrá a limón, en realidad más bien va a ser con una nota más delicada.
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