Aunque suelen estar asociadas a la belleza, las uñas pueden ser indicador de problemas de salud, muchos de ellos graves.
El el mundo de la belleza, las uñas tienen un gran protagonismo. De diversos colores y largos, se adaptan a la perfección a la personalidad de la persona. Pero, dejando a un lado lo estético, las uñas tienen una función más importante.
Los cambios en la forma y el color natural de las uñas pueden ser señales de advertencia sobre problemas de salud o enfermedades subyacentes.
Entre las alteraciones más comunes se destacan las rayas o líneas. Estas pueden surgir por diversas razones: desde factores genéticos hasta deficiencias nutricionales.
Líneas en las uñas: qué significa
Las líneas longitudinales suelen aparecer con mayor frecuencia y despiertan la preocupación de muchas personas. Aunque, por lo general, no son motivo de preocupación, estás pueden ser signo de desequilibrios hormonales.
El envejecimiento también puede manifestarse a través de estas rayas, reflejando cambios naturales en nuestro cuerpo a medida que envejecemos.
Una alimentación deficiente en minerales como el hierro, el zinc y el silicio puede provocar la aparición de estas líneas. La insuficiencia de aminoácidos también puede ser la causante.
Las rayas transversales, por su parte, pueden ser síntomas de problemas más serios como:
Infecciones virales, bacterianas o fúngicas;
Afecciones como el síndrome de Raynaud;
Eccemas;
Efectos secundarios de ciertos medicamentos.
Como hay una gran variedad de causas asociadas con las líneas en las uñas, es fundamental acudir con un profesional ante algún cambio.
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